03 diciembre 2008

La ciudad justa sin Zaera


Ayer apareció la noticia en www.elpais.com, de la renuncia de Alejandro Zaera-Polo a participar en la Ciudad de la Justicia, en concreto a la autoría del Instituto de Medicina Legal que ganó bajo concurso. Las razones de su renuncia, según el autor, han sido un presupuesto insuficiente para llegar a una calidad óptima del edificio, siendo este arquitectura singular. Otra de las razones, que Zaera no se molestaba en ocultar en su comunicado, es el “agravio comparativo” al tener otros proyectos (en concreto el edificio de Norman Foster) mucho más presupuesto que el suyo.



En resumen: que Zaera se ha “picado” y ha decidido no jugar. Y tiene razón.
¿No sería más lógico promocionar a los arquitectos españoles ofreciéndoles a ellos “obras suculentas”? ¿Por qué razón se elige a Foster “a dedo” mientras que el resto se somete a concurso?
Muchos diréis que la razón de ofrecer las obras grandes a un despacho de tanto prestigio es por el tema de la experiencia. Pero esa es una razón errónea. Cuando estos grandes despachos construyen en el extranjero usan en muchas ocasiones a estudios nativos que hagan de puente y que se encarguen del proyecto de ejecución y de las normativas locales. Véase el ejemplo de la terminal T4 de Barajas, que fue realizado por Foster junto con el equipo nacional del estudio Lamela.

En definitiva, creo que el estado debería dar más de estas grandes oportunidades de “lucirse” a estudios españoles. La arquitectura nacional está muy bien considerada a nivel mundial; y es que, señores políticos, aquí hay muy buenos estudios, y muchos…

[¡Muchas gracias a Berna por la noticia!]

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