Sé que últimamente no he estado demasiado activo en el blog. Espero poder solucionarlo a partir de ahora pues tengo muchos post en la recámara.
La semana pasada mi amigo Eka se mudó a Wolksburg. Verdadera mala suerte que para un amigo que tengo, éste tenga que mudarse a otra ciudad... El caso es que Eka me pidió ayuda con la mudanza, al igual que se la pidió a otras 11 personas más. Verdadera mala suerte la mía (repito) cuando las otras once personas le dijeron que no podían ayudarle... Eso hacía un total de dos personas (él y yo, pues su mujer trabajaba) para bajar todos los muebles y cosas de un piso completamente amueblado ¡en un quinto y sin ascensor!
En fin, para un amigo que tengo, mejor comportase como un "amigo". El primer día estuvimos cinco horas seguidas subiendo y bajando muebles. Una verdadera paliza, ja ja. Imaginaos cómo estábamos los dos a la tercera hora de subir/bajar cuando teníamos que bajar un sofá enorme que pesaría unos 70 kilos...
La buena noticia era que al día siguiente el camión de la mudanza llegaba a ¡las siete de la mañana! por lo que debía estar allí a esa hora. Casualidades de la vida que en el camión de la mudanza venían los padres de Fix (la mujer de Eka) y ninguno de los dos podía realizar ningún esfuerzo físico debido a enfermedades o achaques... Al final se cumplió el aviso que me dieron, ya que a cualquier mueble pequeño que movían, se fumaban los dos un cigarro. Parecía una especie de descanso personal: hago un poco de esfuerzo, cigarro; muevo esta pequeña mesita, cigarro... y así sucesivamente.
Luego como el camión iba completamente lleno (no me lo podía creer, un camión grande de mudanzas lleno hasta los topes y lo habíamos bajado todo entre dos personas) tanto a Fix como a mí nos tocó ir en tren (con nuestras respectivas bicicletas) para llegar a su nueva casa en Wolksburg... Ja ja, justo lo que más me apetecía en el mundo: pedalear.
Al llegar a Wolksburg tuve una experiencia religiosa, al toparme de bruces al salir de la estación con mi primer edificio de Zaha Hadid: el museo Phaeneo. Después de reprimir las ganas de arrodillarme y orar unos instantes (y de la sorpresa de Fix por mi reacción, ya que ella conocía el edificio y se notaba que no le gustaba en absoluto) seguimos pedaleando hacia su casa . Al llegar allí, lógicamente, nos tocaba a Eka y a mi subir todos los grandes trastos a su nuevo piso, que esta vez era un tercero sin ascensor.
Al acabar creo que ninguno de los dos podíamos movernos demasiado bien. Estábamos tan cansados que lo único de lo que teníamos ganas era de ir cada uno a su casa y ducharnos. Y con la promesa de favor eterno por parte de Eka me dirigí otra vez a Braunschweig.
Pasaron tres días hasta que pude volver a andar normal...
Y mañana más. Un saludo a todos.
[Nota01: Me guardo en la recámara un post sobre Wolksburg y sobre Phaneo, como no]
[Nota02: La imagen que encabeza el post es del Autostadt de Wolksburg, un centro de Wolksvagen realmente impresionante. En otra ocasión os hablaré de él]
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